Nuestra Vida es como un Diamante
Los diamantes son una de las piedras más populares y preciosas del mundo. Se ha dicho que los diamantes son el mejor amigo de una niña, y los anunciantes de joyas se apresuran a recordarnos que “los diamantes son para siempre”, han sido las piezas centrales de los anillos de boda y compromiso, así como las joyas de aniversario durante décadas.
Sin embargo, también hay un viejo dicho sobre esta piedra preciosa que no tiene una inclinación romántica: “No hay presión, no hay diamantes”. Esta declaración proviene de la realidad de que los diamantes naturales se forman cuando el carbono se encuentra bajo una presión extrema en el interior de la tierra, estas condiciones ocurren en áreas limitadas a unas 90 millas debajo de la superficie donde las temperaturas son de al menos 2,000 grados Fahrenheit, sin calor ni presión, este carbono permanece como está, o quizás se convierte en grafito.
¿Quién pensaría que la combinación de tal calor y presión produciría resultados tan hermosos?
Nuestras vidas son a veces como diamantes, enfrentamos todo tipo de presiones en el día a día. Tenemos que apoyar financieramente a nuestras familias, a veces enfrentamos enfermedades graves, o tenemos que tomar decisiones difíciles bajo extrema presión; cuando perdemos a un ser querido, el peso aplastante y el dolor del duelo pueden ser abrumadores.
En realidad, las pruebas y tribulaciones de esta vida pueden ayudarnos a crecer personalmente a largo plazo, aunque nadie quiere soportar las dificultades, hay muchas lecciones que aprender cuando superamos obstáculos y tiempos difíciles.
Con perseverancia, fe y el apoyo amoroso de nuestros amigos y familias, nosotros, como esos depósitos de carbono en las profundidades de la tierra, podemos convertirnos en diamantes vivos de la vida.